Los miembros de la organización ecologista Just Stop Oil han protestado sorprendentemente dañando el famoso Stonehenge y rociando un material naranja sobre el antiguo monumento para exigir al gobierno del Reino Unido que deje de utilizar combustibles fósiles para 2030.
Se estima que tiene unos 5.000 años de antigüedad, la construcción megalítica prehistórica se encuentra entre los sitios más conocidos del mundo y es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Tanto los funcionarios como el público en general han denunciado duramente los actos de los activistas. "Este es un vergonzoso acto de vandalismo contra uno de los sitios históricos más importantes del mundo", dijo el portavoz de English Heritage.
El grupo a cargo del mantenimiento de Stonehenge "El daño que estos activistas crean no es sólo a la construcción física del monumento sino también a su valor cultural e histórico". Reconocida por sus perturbadoras manifestaciones contra la infraestructura de combustibles fósiles, la organización Just Stop Oil defendió sus actividades diciendo que sus acciones radicales estaban justificadas dada la urgencia del problema climático. "Entendemos la ira y la frustración que nuestras acciones pueden causar, pero creemos que la amenaza que plantea el cambio climático es mucho mayor", dijo un portavoz del grupo.
El evento ha provocado un fuerte debate sobre el equilibrio entre el derecho a manifestarse y la preservación del legado cultural, así como la eficiencia de estrategias de protesta tan severas. Tanto el público como el gobierno tienen que lidiar con las consecuencias de este acto divisivo de protesta mientras continúa la investigación sobre lo sucedido.
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